El cerebro contra sí mismo

sábado, mayo 15, 2010

En un artículo de este mismo blog argumentaba de pasada que nuestro cerebro es un arma de doble filo desde la perspectiva de que es nuestro mayor defecto. Y creo que eso es innegable dado que es el principal, único y casi imparable generador del ruido que nos aparta de la realidad de las cosas.
Ni siquiera hace falta pensar en la realidad como el mundo diferente que sostienen algunas filosofías y prácticas espirituales, simplemente tenemos que ponernos por un momento el el pellejo de alguna persona cercana. Seguro que si estudiamos las circunstancias y los sentimientos de una persona cercana de la que hemos emitido un juicio, veremos como erramos por completo muchas veces y esa persona no tenía interés, intención o ni siquiera posibilidad de evitar hacer eso que creíamos tan malo.
En nuestro cerebro existen unas partes antiguas llamadas amígdalas cuyo fin es la percepción y respuestas al mundo y que además las tienen todos los vertebrados complejos. Además las amígdalas son las encargadas de enviar al hipotálamo las señales para generar las expresiones de miedo, las acciones de vigilancia, huida, y la dopamina y adrenalina, es decir, es el trocito de cerebro que mantenemos de los animales para las reacciones instintivas.
Por tanto tenemos una parte de cerebro que tiende a estar alerta esperando que algo negativo ocurra para reaccionar y tomar las decisiones necesarias para la supervivencia.
Todo esto lo leí en el libro de un investigador en neurología que añadía que de lo dicho se desprende que en nuestro cerebro existe una tendencia negativa remanente y que proviene de la parte antigua e instintiva de nuestro cerebro, es decir, que tenemos al enemigo en casa.
Y en el fondo, cuando somos capaces de observarnos con otros ojos, vemos que somos conservadores de forma instintiva, incluso, primitivamente egoístas con muchas cosas.
Si bien las reminiscencias de instinto que nos pudieran quedar será tema de otro artículo, sí que es verdad que tenemos reacciones automáticas y un cerebro hiperactivo que genera cientos de pensamientos por segundo (ruido) y que en sociedades en las que el individuo es una mera herramienta para formar masas sintiéndose deslocalizado de su "yo" por el propio hecho de decidir y actuar según lo hace la masa, el cerebro se convierte en un peligro.Quizás por eso estamos en la era del estrés.
Al final acabamos sobreviviendo a todo y el pensamiento positivo y el desconectar estamos viendo que alivia mucho esta situación, sin embargo no deja de ser un tema sobre el que reflexionar.

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