Tenemos los españoles la fea costumbre de ser nuestros primeros y más fieros jueces, denostando muchas cosas buenas que de una u otra forma hemos conseguido realizar.
El más flagrante caso es el comportamiento de España en el nuevo mundo.
Bien es verdad que estos juicios se realizan siempre desde una perspectiva relativa a la actual, donde los valores éticos son muy distintos a los de entonces, pero aun así, hay cosas que deberían enorgullecernos.
Situándonos en la época, debemos considerar que eran tiempos en los que una nación conquistada o sometida siempre era dedicada a la explotación de riquezas y una parte importante de la población era esclavizada, lo que sitúa a esclavos eslavos en el Guadalquivir y tribus americanas esclavas de otras, porque también en esa zona era normal la esclavitud e incluso, en algunos casos, el sacrificio de los vencidos. Es decir, que no hicimos nada ni peor que los demás ni distinto (o sí, ya veremos)
Por otro lado tampoco comerciaba España con esclavos al mismo nivel que otros países y no hubo intención de empezar en en Nuevo Mundo ya antes de ver que los indígenas no eran tan fuertes como otros esclavos de otras razas. De hecho antes del año 1500, hay instrucciones expresas de Isabel la Católica de no dañar innecesariamente a los indígenas y de cristianizarlos (lo que en la época era con buena intención independientemente de los medios a emplear), incluso historias que cuentan que la propia reina liberó a unos esclavos que fueron enviados a España como recompensa a soldados retirados de las américas.
No habían pisado los ingleses aún América del Norte cuando ya había escuelas para indígenas y gran cantidad de libros para indígenas en distintas lenguas propias de ellos.
Incluso antes de que Bartolomé de las Casa consiguiera abolir la esclavitud de los indios ( en el año 1542, que a ver qué país hizo algo similar en aquella época...). Aunque España tardara después en abolir la esclavitud en general, no se puede negar que fue el primero en pensar de alguna manera que las personas no merecen ser esclavos, lo que debe tratarse como un hito y no como negativo por lo que pasó después. Me cuesta mucho ver como cualquier cosa negativa de nuestro país lo magnificamos en comparación con otros países a los que hacemos buenos a pesar de haber tenido actitudes iguales o peores que las nuestras. Cualquiera diría que nos gustaría que nos invadieran para poder ser como otros, cuando son los otros los que nos deberían envidiar por lo que tenemos, lo que tuvimos y lo que hicimos.
No digo que lo hiciéramos bien, pero sí digo que hicimos lo normal en la época, incluso que fuimos más humanitarios que los demás. Prueba de ello podría ser las normas que había para los esclavos indígenas de las minas en el siglo XVI, que daban un tiempo de descanso para atender a sus familias y sus tierras, a pesar de que fuera con fines egoístas. Nada igual existía en la época, y había que ver a lo que se dedicaban portugueses, ingleses y holandeses.
Y, por supuesto, debo añadir que también había actitudes personales que, a espaldas del reino, hacía lo que querían, si bien eso tampoco nos hace peores que nadie.
Otra prueba de que no fuimos lo peor de la época es la población indígena que queda y la conservación de las costumbres que aún perdura en latino-américa y que dan fe de una supervivencia de los oriundos mayor que en otras civilizaciones conquistadas y colonizadas.
El mundo es hoy como es gracias o por culpa de todas las culturas que lo poblaron y lo pueblan, y siempre debemos aceptar lo acontecido porque eso es lo que nos ha permitido a cada uno de nosotros estar aquí para poder hacer algo, bien sea para reparar lo hecho anteriormente, bien sea para hacer algo que no se ha hecho hasta ahora.
Los datos históricos, de los que he dado una ínfima muestra, leídos en su justo contexto y situados en su época, muestran como los españoles marcaron hitos hasta el momento desconocidos tanto en lo referente a la conquista como en lo ético, y tan solo puedo desearles a los que discrepen que ojalá hubiera sido otro país el que descubriera América, aunque entonces no sé si quedaría alguno vivo para acusarlos.
Os insto a que os sumerjáis en la historia de la época y descubráis el sin fin de normas y regulaciones de la esclavitud indígena para la conservación de la población, la intervención monacal y la preocupación de la realeza sobre el tema, la abolición de la esclavitud de indígenas, los medios, la época y la premura en la organización de los mismos para la educación de los indígenas (universidades, escuelas, imprentas, libros, etc...) así como la evidente y pronta unión en multitud de casos de los españoles con los indígenas. Esto jamás ha tenido parangón ni en época ni en tiempo invertido para los primeros logros como lo sucedido con los españoles, si bien en honor a la justicia es cierto que también se cometieron grandes tropelías de las que no podemos enorgullecernos. Pero con todo creo que hay mucho bueno que contar y de lo que presumir.
