El Sabio Martillero

En una pequeña y humilde reflexión, sin ánimo de entrometerme en ciencia alguna, se me ocurrió que quizás la sociedad, el conjunto de los que la componemos, se pudiera estudiar en muchos aspectos como un sistema de partículas donde cada uno de nosotros sería una partícula del conjunto.
  En un sistema de partículas hay un comportamiento general definido por la tendencia más frecuente y apoyado por las tendencias similares, pero sin embargo, puede haber partículas con un comportamiento distinto.
 Una partícula puede comportarse en un sistema de varias formas:
       1.- Siguiendo el comportamiento general apoyando al sistema.
       2.- Siguiendo un comportamiento distinto sin influir.
       3.- Siguiendo el comportamiento general por separado sin influir.
       4.- Siguiendo un comportamiento distinto influyendo en el sistema.
 Siendo estas las 4 posibilidades de comportamiento frente a la tendencia y al sistema, parece razonable pensar que, viéndonos desde lejos, como si fuéramos un sistema de partículas, lo que hacemos, la energía que emitimos, el estado en el que nos encontramos, incluso nuestras vibraciones (físicas y emocionales), se comportan dentro del sistema de una de las 4 formas previstas, o lo que es lo mismo, de forma más general, parte de nuestra situación, emoción, respuesta, etc... define el movimiento del sistema.
 Visto así, ¿No parece importante la actitud con que acometemos los días y nuestras actividades? ¿A que parece menos raro hablar de energía del individuo y del conjunto?

Yo creo que sí, reflexionad sobre ello.