Nombrar es crear.

sábado, junio 26, 2010

Recientemente tuve la ocasión de leer un libro sobre el Talmud judío para satisfacer mi curiosidad sobre esta religión y sobre el propio Talmud. El autor de este libro comentaba, creo que proveniente de la Biblia, la frase "nombrar es crear".
Según la Biblia, Dios creó las cosas, como dice en el Génesis, nombrándolas, por lo que ¿Podríamos pensar que nombrando las cosas es como Dios creó la conciencia del mundo y la realidad mental que tenemos y que vivimos?
Piensa por un momento que lo que vemos no es la realidad, sino su traducción físico-química en nuestra cabeza. Los fotones de luz entran por nuestros ojos y las lentes del mismo los orientan hacia el interior del propio ojo en el que se producen una serie de mecanismos fisiológicos que transforman la ondas lumínicas en impulsos eléctricos que llegan al cerebro y se procesan.
Después de todo eso, ¿creemos que lo que vemos realmente es tal y como lo vemos?
¿Podríamos tener una conciencia parcial de la realidad que nos rodea?
Si fuéramos capaces de ver más frecuencias de onda ¿Como se vería el mundo que nos rodea?
Me resulta intensamente llamativo el hecho de que esa frase surgiera hace miles de años, teniendo en cuenta que el funcionamiento de los ojos no se podía conocer (supongo) hace tanto tiempo.
Una vez más llegamos a una conclusión acertada hace miles de años, al menos según lo que llevamos expuesto, y que nos recuerda esas prácticas milenarias en las que los sabios concluyen que la realidad que vivimos es falsa, como poco en parte para la menos radical. Siguen surgiendo ideas de mentes antiguas que intuyen que hay algo que supera lo que nuestros sentidos son capaces de percibir y que la ciencia confirma reconociendo que el mecanismo de los sentidos traduce solo la parte detectable del entorno físico real y que además es solo una traducción, es decir, pasa por una elaboración bastante oscura de momento.
Es decir, había gente que tenía la capacidad de intuir que la realidad completa, como mínimo, no la podemos percibir.
Además sabían que, tal y como muchos podemos notar, que la mente es un órgano que la mayoría no podemos controlar y que genera constantemente imágenes mezcladas y elaboradas de sucesos ocurridos o no, como si fueran los anuncios en la tele, es decir, una constante proyección de sentidos, recuerdos y productos mentales elaborados en previsión de posibilidades futuras, por lo que las posibilidades de que la mente sea un buen traductor me parecen escasas.
La última vuelta de tuerca la podemos dar recurriendo a la física teórica en la que hay cálculos y representaciones del universo en los que se hablan de múltiples dimensiones que lógicamente jamás podremos percibir ni imaginar ya que nuestra constitución solo es capaz de traducir 3 dimensiones físicas y, más mal que bien, una temporal, lo que aísla bastante nuestra percepción del universo frente a lo que realmente podría ser.
Sin embargo esto me parece inspirador porque si de alguna forma se pudiera alcanzar una mayor percepción del universo real, todo lleva a pensar que sería una de las mejores experiencias posibles, lo cual es alentador.
Siendo realmente nuestra mente un traductor de sucesos físicos, ¿realmente algo o alguien nombró las cosas de forma que por ello ahora las podemos percibir?
Teniendo en cuenta que hubo un principio del tiempo a partir del cual la física actual es cuando empieza a tener validez, la pregunta puede tener miga, ya que "nombrar" puede tener muchas posibilidades.

Hasta aquí esta reflexión.

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